Mi cuñado el Dentista


Mi cuñado el Dentista
(Historia de la vida real)

Por

Zadí Desmé
www.zadi.webnode.cl



Realmente tarde o temprano todos terminamos sentado en el sillón del hombre vestido de blanco, máscara y lentes protectores, en un consultorio lleno de esos artefactos raros que solo él sabe utilizar y para terminar de jodernos la psiquis tiene un televisor colgado en la pared, dice que, para que veas lo que le hacemos a tus dientes. Realmente lo único que logra con eso es terminar de asustar a uno. Muchos son valientes y otros sencillamente eluden la visita al galeno hasta que ya no pueden aguantar más el dolor, yo pertenezco a la lista de los últimos, producto de una visita al dentista cuando tenía 6 años y donde le termine poniendo en la boca mi pie izquierdo agarrado por mi papa, mi mamá y la ayudante.
Bueno, resulta que el otro día tuve que ir al dentista y me acorde de mi amigo Guito, quien tenía un cuñado que era dentista, resulta que Guito es muy nervioso y no le gusta esperar, es de esos tipos eléctricos que usan voltaje de 440 en lugar de 220, un día lo llamo a su cuñado a la 1 de la madrugada para decirle que le dolía la muela y que tenía que verlo inmediatamente que no aguantaba el dolor, el dentista casi dormido y con ganas de matarlo le dice que lo vería al medio día cuando abra la consulta.
Ese día Guito muy desesperado llego a las 11:30 al consultorio, y se acerco a la secretaria diciéndole que había hablado con su cuñado y que él sería el primero al que recibiría, la secretaria que ya conocía lo hiperquinético que era, le dijo que por favor tomara asiento y esperara, que el doctor estaba con un paciente —pero como, si él me dijo que me iba a atender primero —le dice indignado, la secretaria hace un gesto con el hombro. Guito se va y toma asiento desesperado tomándose la cara por el supuesto dolor de muela que lo aquejaba. En eso llega otro paciente y habla con la secretaria, toma asiento al lado de Guito, y este rayando la cancha le dice: —por si acaso yo soy el que sigue —la señora lo miro como preguntándose si este hombre estaba cuerdo o el problema dental le estaba haciendo extraños estragos.
En eso se abre la puerta del segundo piso y se ve al dentista despidiendo al paciente que había terminado de atender, Guito al ver eso, se para y sin dejar que la secretaria lo anuncie sube por las escaleras corriendo, —cuñado, pensé que sería el primero— le reclama, el galeno que aun se estaba despidiendo del otro paciente le dice: —pasa cuñado por favor—, el doctor ya lo conocía y le pide disculpas por la interrupción al otro paciente, el era así, pero lo peor de todo era que ni siquiera le pagaba la consulta —bueno Guito siéntate y abre la boca— Guito hace un gesto de dolor y finalmente la abre —el doctor mira y toma una pequeña pinza, la introduce en la boca sacando un pedazo de semilla que se encontraba atorada entre la muela del juicio —este era el problema, una semilla de uva — Guito agradecido le dice —gracias cuñado, eres lo máximo y sin anestesia, te adoro— en eso como entro salió corriendo y tiene un tras pie en la escalera, rodando desde el segundo piso hasta abajo por las 25 escalinatas, llegando de pansa al primer piso, parándose como un resorte avergonzado, los pacientes con semejante ruido se levantan y fueron a ver como estaba, en ese momento ya había como 5 personas esperando y Guito no tuvo otra brillante idea que decir —se le paso la anestesia al doctor — y salió corriendo, como si el diablo lo persiguiera.
Al segundo todos los pacientes comenzaron a dejar el consultorio asustados por lo que el doctor les podía hacer, el dentista quería matar a su cuñado, la secretaria trato de dar las explicaciones del caso, pero fue en vano, se fueron acompañados de los pacientes de los otros consultorios que también se asustaron del hecho, pero lo peor no termino ahí, ya que al día siguiente en el diario local salió un articulo hablando de lo poco profesional que eran algunos dentistas con el uso de la anestesia indudablemente aludiendo al cuñado de Guito, esto dio tanta lata que el resto de los dentistas del consultorio le pidieron al cuñado de Guito que buscara otro consultorio donde atender a sus pacientes porque ya no era bienvenido a atender en tan prestigioso centro médico dental.
Ustedes se pueden imaginar cuantos Guitos existen en el mundo... Dios nos libre de tener un cuñado así.

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